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10 especies animales que ver y fotografiar en el Parque Natural Sierra de Andújar



El Parque Natural Sierra de Andújar puede considerarse como uno de los puntos calientes de biodiversidad a nivel mundial, incluido en la Cuenca del Mediterráneo.


¿Que qué es un punto caliente de biodiversidad?


Los Puntos Calientes de Biodiversidad son las reservas de vida animal y vegetal más ricas y amenazadas del planeta. Son lugares con una gran riqueza biológica y un alto nivel de especies endémicas (una especie endémica es aquella que se encuentra restringida a una zona geográfica concreta, no pudiendo encontrarse en ningún otro lugar).


Actualmente existen 34 Puntos Calientes de Biodiversidad en todo el planeta, por lo que podemos sentirnos orgullosos del tesoro biológico que tenemos, y que alberga al felino más amenazado a nivel mundial: el Lince ibérico.


A continuación te mostramos qué otras especies animales puedes observar y fotografiar en el Parque Natural Sierra de Andújar y su entorno con relativa facilidad:



1. Rabilargo ibérico (Cyanopica cooki)


Se trata de una de las aves más características de este espacio natural, pues no deja a nadie indiferente debido a su comportamiento gregario, en ocasiones, llegando a formar grandes bandos.

También denominado “mojino” o “rabúo”, el Rabilargo ibérico es un ave perteneciente a la Familia de los córvidos, que se caracteriza por su color azul, así como por una cola larga, el capirote negro, y la emisión de un canto fuerte y repetitivo “rrrrr rrrr rrrrr”, lo cual delata su presencia, siendo muy fácil su observación durante nuestras visitas guiadas (no tanto su fotografía, aunque con un poco de paciencia es posible).


El Rabilargo ibérico se considera una especie endémica de la Península ibérica, es decir, es un ave que podemos encontrar sólo en determinadas zonas de nuestro país, lo que lo convierte en un gran reclamo turístico para amantes de la naturaleza procedentes de cualquier parte del mundo.



2. Abubilla (Upupa epops)


La abubilla es una de esas especies atractivas que goza de cierta simpatía entre nuestros visitantes. De aspecto grácil, podemos observarla en nuestro territorio durante todo el año como especie residente, población que aumenta cuando recibimos, además, multitud de ejemplares para pasar el invierno en nuestra tierra, huyendo de la falta de alimento en zonas más norteñas.

Solemos observarla intentando obtener con su largo pico diversos nematodos e insectos que se encuentran bajo tierra, en ocasiones, muy confiada, cerca de los caminos, pues sus colores de camuflaje de tonos ocráceos, blancos y negros, le permite hacerlo pasando totalmente inadvertida, hasta que levanta el vuelo.


Otra de las características que la identifican es su llamativa cresta, de color ocre y negra, que suele desplegar cuando está inquieta, en el cortejo o cuando aterriza y se posa; O su repetitivo canto: un "pupupu"que ameniza nuestros días de invierno y primavera.




3. Picogordo (Coccothraustes coccothraustes)


Si hay alguna especie a la que tememos los integrantes de los equipos de marcaje de aves silvestres, es el Picogordo. Su manipulación, con el fin de realizar estudios científicos autorizados para conocer la evolución de sus poblaciones, debe ser cuidadosa, pues el apelativo de "cascanueces", como en algunas zonas geográficas lo llaman, es de seguro un aviso ante el poderío de su grueso pico.


El picogordo es un ave robusta, de pico ancho y grueso que le permite con su enorme fuerza alimentarse de las semillas más grandes, y también de la pulpa de algunas frutas, brotes tiernos de plantas o insectos.

Es inconfundible su vuelo de fringílido, batiendo las alas fuertemente a intervalos y pudiendo apreciar marcas blancas en ambas, así como en el extremo de las rectrices (las plumas de la cola). Además, suele emitir un "psss" muy agudo e identificativo cuando está en vuelo.

El picogordo es una especie que, aunque con una amplia distribución, prefiere las zonas mediterráneas de interior, por lo que la Sierra de Andújar es uno de los mejores lugares para observar y fotografiar.




4. Ciervo ibérico (Cervus elaphus hispanicus)


El ciervo ibérico es el mayor de los hervíboros que podemos encontrar en el Parque Natural y su entorno, siendo una especie muy abundante que se puede observar y fotografiar con relativa facilidad y a corta distancia durante cualquier época del año, siempre ajustando los horarios.

Hace alrededor de 60 años, la actividad cinegética se convirtió en uno de los aprovechamientos más importantes de la zona, favoreciendo la presencia de especies como el ciervo. Actualmente no existe ningún predador entre cuya presa principal se encuentre este mamífero, por lo que la actividad cinegética regula sus poblaciones, si bien habría que hacer un repaso sobre la actual gestión en algunas zonas concretas.

Basta con desplazarse por las grandes extensiones de dehesa, matorrales y pastos para tener el privilegio de gozar de estos hermosos animales, que se muestran confiados y tranquilos al paso de turistas respetuosos y demás personas del ámbito rural.




5. Sapo corredor (Epidalea calamita)

La búsqueda de anfibios es una de las actividades más fascinantes para nuestros guías, ya que se trata de animales que, de forma habitual, no han gozado de buena prensa entre el público general.

Para concienciar sobre la importancia de su conservación, siempre utilizamos como ejemplo al Sapo corredor, pues es una de las especies de anfibios más abundantes y fáciles de observar en cualquier paseo diurno o nocturno por el monte.

Para identificarlo basta con fijarnos en sus ojos, de un color verde o amarillo brillante con vetas oscuras, y de pupila horizontal, además de una línea clara que recorre la espalda desde la cabeza hasta la cloaca (aunque en algunos ejemplares puede no darse).

En las noches de lluvia, es muy común verlos atravesando los caminos al reclamo de otros ejemplares, siendo proclives al atropello de vehículos, por lo que debemos circular con precaución y si es posible, ayudarles a abandonar las zonas de más riesgo.

Y no, los sapos no escupen ni dejan calvo a nadie. Simplemente se defienden de los predadores segregando sustancias que pueden ser tóxicas si se ingieren o entran en contacto con nuestras mucosas.




6. Águila imperial ibérica (Aquila adalberti)

Posiblemente la rapaz más buscada por naturalistas venidos de todo el mundo, al tratarse al igual que el Rabilargo ibérico, de una especie endémica de la Península ibérica.


Allá por la década de los 80, el Águila imperial ibérica se encontraba en una situación crítica, hasta el punto de declararse "En peligro de extinción", estatus que sigue manteniendo a día de hoy, pero con la ventaja de contar con unas poblaciones bastante más saludables y con un rango de distribución mucho más amplio gracias a los esfuerzos de conservación que se han realizado.

Sobrevolando las interminables formaciones de monte mediterráneo que componen el Parque Natural Sierra de Andújar, percibimos un sonido característico bien reconocido por nuestros guías, pero que ocasiones resulta difícil encajar para algunos de nuestros visitantes... Se trata del "ka-ka-ka" que el Águila imperial emite mientras defiende su territorio, distinguiéndose del canto de cualquier otra rapaz. Al mirar al cielo, descubrimos el plumaje oscuro en ejemplares adultos, con hombros blancos bien definidos, inconfundible.

Su territorio, en ocasiones, puede llegar hasta 3000 hectáreas si tenemos en cuenta su área de campeo, reproducción y alimentación, siendo habitual que los ejemplares convivan en territorios mucho más ajustados en este espacio natural, por lo que es frecuente observar asombrosas disputas en el aire que nos permiten tener buenas observaciones, e incluso fotografías.




7. Perdiz roja (Alectoris rufa)

Inclinándose por las zonas de matorral bajo de la Sierra de Andújar, la Perdiz roja o "pájaro perdiz" como suelen llamarlo las gentes del lugar, es un ave común de observar en nuestras salidas de campo.

Siendo una especie sedentaria, ocupa territorios relativamente pequeños en los que habita en bandos familiares, mientras se alimentan de invertebrados, semillas, brotes verdes, hojas o frutos, dependiendo de la época del año.

A partir del mes de enero, es habitual observar a los machos erguidos sobre un bolo de granito, desgañitándose con su característico canto para defender su territorio de otros machos, e intentando captar el interés de las hembras, siendo un buen momento para fotografiarlos.

A nosotros nos resulta una de las aves más atractivas de Sierra Morena, ¿y a ti?



8. Buitre negro (Aegypius monachus)


Si existe una especie emblemática de la Sierra de Andújar, con permiso del Águila imperial ibérica o el Lince ibérico, esa es nuestro Buitre negro.

Con algo más de 80 parejas en el Parque Natural Sierra de Andújar, es relativamente fácil observar y fotografiar esta especie mientras surca los suaves relieves de este punto geográfico, acompañado de Buitres leonados, Culebreras europeas o Águilas imperiales.

Con una compacta silueta y cola en forma de rombo, puede presumir de ser el ave más grande de la Península ibérica, con una envergadura alar de casi tres metros.

Gracias al Plan de Conservación y Recuperación de Aves Necrófagas desarrollado en Andalucía, el Buitre negro ha conseguido remontar la delicada situación en la que se encontraba, mostrando una tendencia reproductora al alza.

La utilización de cebos envenenados, las intoxicaciones o las molestias humanas, se sitúan a la cabeza de las principales amenazas.



9. Nutria europea (Lutra lutra)


Ampliamente distribuida por la región paleártica y norte de África y propia de ecosistemas acuáticos, la Nutria europea es una especie cada vez más deseada por fotógrafos y naturalistas, pues no deja de ser un animal que goza cierto aire de simpatía, regalándonos divertidos momentos mientras surca con nerviosismo y agilidad las aguas de, prácticamente, cualquier curso fluvial de la provincia de Jaén. Basta con realizar un recorrido por la orilla de ríos y arroyos para demostrar su presencia, mediante los numerosos excrementos y huellas que podemos encontrar.

Y a pesar de ese aire de simpatía, no deja de ser un animal carnívoro, que se alimenta principalmente de cangrejos y peces, pero también anfibios, aves, pequeños mamíferos o insectos: un gran depredador tanto en agua como en tierra.

Y como todo animal salvaje, requiere de una buena dosis de nuestra paciencia para observarla y fotografiarla, pero el resultado merece la pena.




10. Lince ibérico (Lynx pardinus)


Y como no podía ser de otra forma, la estrella indiscutible de la Sierra de Andújar, es el Lince ibérico.

Magarza, Pirineo, Malabar, Granza, Ícaro, Moheña, Feroz, Electro... son algunos de los ejemplares por cuyos territorios nos desplazamos en nuestras salidas habituales, y que se han dejado fotografiar a lo largo del tiempo.

El lince ibérico es un felino esbelto y de peculiares características físicas, como los pinceles de las orejas o las barbas, muy ligado al monte mediterráneo, donde encuentra a su principal presa, el conejo de monte, siendo éste una pieza clave en el mantenimiento estable de territorios y en la reproducción.

El lince ibérico no sólo habita el monte mediterráneo, pues desde hace algunos años también campea y se reproduce con éxito en zonas de olivar y campiña de la provincia de Jaén.

A día de hoy, seguimos esperanzados con su recuperación, pues ya contamos con más de 800 ejemplares en todo el mundo, distribuidos exclusivamente por España y Portugal.

Observarlo es ardua tarea, aunque conociendo sus zonas de paso, alimentación y agua, es posible. Fotografiarlo requiere de más paciencia y de un buen golpe de azar.


¿Te atreves a probar suerte?




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